Escribo esto precisamente en un día libre (20 de marzo), sé que es parte de mi trabajo, pero de alguna manera escribir el blog se siente diferente, como se sienten los días libres.
Pienso en verdad que tenemos muy pocos días libres, deberíamos pues trabajar en tener más, al menos uno al mes sería lo ideal, y es que el día libre es un día diferente, es especial, los domingos por ejemplo, ya tienes una rutina, rutina que no existe en un día feriado, un día libre no es un domingo, pero tampoco son vacaciones, cuando hay vacaciones, uno tiene un plan, un plan ya trazado en el cerebro, pero en un día como hoy el cerebro está sin una estrategia, no sabemos qué hacer es un día para trabajar pero sin tener que trabajar, me encantan los días libres, porque esos días, puedo explorar intereses de creatividad, a veces dibujo, a veces escribo, a veces cocino, el día libre es un monumento a la creatividad.
La manera en que afrontamos la semana después del día libre también es diferente, al principio hay una urgencia, por terminar, porque los pendientes se acumulan, pero una vez que has empezado y a tomar una rutina de semana, el panorama se ve más claro, porque el fin de semana está más cerca, es una meta más corta, una meta más corta es más motivante porque es más alcanzable.
Sé que parece contraproducente, pero los días libres nos hacen más productivos, más creativos.
Chenbrimac
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