Hace unos días, navegando en el twitter, me encontré con un artículo que decía más o menos así: ¿Vale la pena comprar una cámara en pleno 2023 con la mejora de las cámaras de los teléfonos? esa misma pregunta me he estado haciendo durante varios meses y es una pregunta que a menudo aparece entre las conversaciones con amigos, no quise leer el blog, porque quizá contaminaría este post que ya traía en mente, además, de que considero que las conclusiones son diferentes para cada persona, por eso, les platicaré mis reflexiones sobre este tema, animándoles a cada quien generar sus conclusiones.

Comencé a tomar fotos de manera cotidiana desde el 2005, un par de años después compré mi primera DSRL, ahí fui conociendo mi cámara y sus secretos, aprendí a tomarle cariño, para el año 2008, comencé a tomar fotos de manera profesional y para el 2010 compré mi primera cámara “full frame”, no había vuelta atrás, iba camino a ser un profesional, cuando entras al mundo del full frame, entras también a un mundo donde los equipos son mucho más caros, por lo tanto, para poder comprar y reemplazar equipo, te tienes que ir alejando cada vez más del hobbie y buscando clientes más grandes, más vistosos y por supuesto, con mejores presupuestos.

En el 2015, comencé la aventura del Girasolo y mientras el proyecto iba creciendo, mi gusto por la fotografía fue descendiendo, de repente, ya no volví a agarrar una cámara, aquello que tanto amé alguna vez, comencé a odiarlo, odiaba preparar la sesión, odiaba descargar la fotografía, odiaba el proceso de la edición y exportarla, me agobiaba cargar con mi cámara y los lentes a todos lados, cuidarla y estar al pendiente de ella, así que me hice esta pregunta ¿Qué caso tiene en el 2018 tener una cámara cuando el teléfono ya tiene una tan poderosa? así que dejé la fotografía “profesional” a un lado, nunca volví a agarrar una cámara de las “grandes”.

Una de las últimas fotos que tomé con mi cámara nikon, me gustaba mucho la expresión del señor haciendo su trabajo artesanal.

Por circunstancias ajenas a mí (la verdad por presiones de mi esposa), este 2023 me he puesto el objetivo de volver a usar la cámara, me hice de una pequeña camarita una Sony a6000, no solo es pequeña, es antigua también, pero para las necesidades semiprofesionales del hogar (fotografía de pan y de alimentos) es una cámara más que suficiente, por eso vuelve a mí la misma pregunta pero 5 años después: ¿En pleno 2023 donde las cámaras del teléfono son mucho más poderosas vale la pena traer una cámara externa?

A diferencia de hace algunos años, esta vez mi respuesta fue sí, sí vale la pena, por lo menos en mi caso y en mis circunstancias, pero la respuesta no se responde desde la tecnología, ha sido mucho más fácil de responder y por eso quiero recalcar la respuesta parte desde mis circunstancias por eso invitaría a que más personas se hagan la misma pregunta y se respondan de acuerdo a sus circunstancias.

Algo que no había notado en estos casi 5 años de no utilizar una cámara externa es que fui perdiendo el ojo mis fotografías ya no se ven igual, aunque use una cámara externa, cuando la fotografía dejó de importarme, dejó de importarme también todo lo que conlleva, el encuadre y la composición, usar un teléfono (en mi caso) es como jugar en modo fácil, no me importaba mucho si la composición era correcta, de todos modos el teléfono te corrige un poco la luz y agrega un efecto HDR, no me importaba si la cámara estaba bien derecha, se corregía fácil, un crop y listo a para redes sociales.

Volver a la cámara me ha costado mucho, mucho trabajo, no tanto porque haya olvidado cómo se usa, sino porque me he olvidado de como mirar a través de ella, el estar viendo a través de una pantalla y no a través de un visor, nunca me pone en modo profesional..

La primera foto de catrinas que hice, además, utilicé strobist para crear la foto.

Es verdad que existen miles de fotógrafos 100% de “celular” y son buenos, en verdad son muy buenos, quizá mejores de lo que yo fui en mi momento prime con una cámara, sin embargo, la mayoría de ellos aprendió con ese elemento, nunca voltearon a ver otras opciones, su cerebro está acostumbrado y programado para ello, pero en mi canto, no funciona así, primeramente tendría que desaprender para poder aprender algo nuevo.

Por lo pronto, ya tengo una cámara, y la equipé con un 35mm (un 50mm si tomamos en cuenta el crop factor) espero pronto tener otro post dándoles mi experiencia y traer buenas fotos como en aquel ya lejano 2012.

Chenbrimac
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